Todo comenzó
cuando me propuse realizar viajes astrales. No
lo conseguía, ni tan siquiera tenía capacidad para concentrarme, ni
relajarme, ni visualizar.
En fin, empecé por lo básico, la relajación
y concentración. Me relajaba en lugares propicios para ello o a deshoras.
Me relajaba e intentaba o bien dejar mi
mente en blanco o visualizar algo concreto.
Difícil al principio, pero poco a poco
dominando el tema.
Un día me relajé tanto que supongo me dormí.
El caso es que me veía viajando por el espacio exterior, por el cosmos, por el
universo. Veía los gigantes soles, las nebulosas, las galaxias, agujeros
negros, etc, todo lo que está en él, en el universo.
Fue fabuloso, increíble.
Al cabo de unas tres semanas, lo volví a
vivir. Otra vez las mismas sensaciones, el mismo soberbio e indescriptible
espectáculo. Sin palabras.
Pero a la semana siguiente que lo volví a
lograr, sentía algo raro, veía la situación y el aspecto del cosmos distinto.
Me daba la sensación de que se iba acercando
todo, las estrellas, las galaxias.
Era extraño, muy extraño.
Al final me di cuenta de que no viajaba por
el cosmos, viajaba en el tiempo y el viaje, la aventura era hacia atrás, hacia
el pasado.
Todo sucedía a velocidades vertiginosas,
increíble todo, absolutamente todo el universo se unía, se conglomeraba poco a
poco al principio y mucho a mucho al final.
Y al final sucedió, vi el Big-Bang, vi el momento
que fue la explosión, pero hacia atrás. Una implosión.
El Big-Bang lo vi, luego todo se unió en una
enorme pelota, en un inmenso y supercompacto huevo. Un huevo latente, en forma
de corazón. Un corazón latente en medio de la nada.
Sí, yo vi el Big-Bang.
FIN
Que bueno Llamax!! nos llevas sin darnos cuenta hasta nada menos que al comienzo del universo! muy entretenida novelica con sorpresa final, ¡Cuanto que les gustaría haber estado alli a muchos científicos para conocer el estado de la materia en los primeros instantes de la creación del universo!
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