El reflexionador II

 

EL REFLEXIONADOR II

-          ¿La última? Tranquilícese señora…  No tiene hijos, ni más familia… ¿es eso?

-          Eso… eso no es lo que me preocupa…

La desconsolada señora, me dio un sentido abrazo, se derrumbó aun más si cabe, dejándome más perplejo y perdido ante el ilógico dolor que estaba contemplando, mi sentido de la compasión desbordaba el  control de mi razón, no me dejaba pensar… ¿Qué triste historia tendría la ruda mujer que ahora se antojaba frágil como la flor del “galán de noche”, que ha de esconderse cuando aparece el sol y solo vive en la oscuridad de la noche?

Sin dejar soltar su abrazo solo pude mirarla fijamente a los ojos, unos ojos que me sorprendieron… me estremeció el contemplar unos ojos de un hermoso verde intenso, llenos de vida como los de una niña, unos ojos del color del envés de la hoja del olivo que adivinaban una belleza inmensa en su juventud…

-          Me queda poco tiempo de vida, lo noto… Nadie entonces comprenderá a partir de ahora el secreto… ¿no lo quieres comprender? El secreto se perderá… y soy la última… las grandes compañías ganarán… se perderá todo…

-          Por favor no me haga sufrir más, ¿qué secreto?  ¿puedo ayudarla?

-          No sé si tendrás el alma abierta…

Cuando dejó verter esta observación comprendí que aquí podían pasar dos cosas: o que esta pobre mujer estaba chiflada después de pasar varios años en soledad o que lo que estaba a punto de revelar me iba a cambiar la vida para siempre…

Una chispa de luz apareció entonces en su mirada, comprendí que un hilo de esperanza había cruzado en su corazón.

-          Puede que él te haya enviado… ¡claro! ¿Cómo ibas a encontrarme si no?

Una sonrisa iluminó su arrugado rostro ante la posibilidad de que su secreto no muriera y fuera enterrado con ella…

Me tranquilicé un poco cuando vi a aquella mujer algo repuesta secándose las lágrimas con un pañuelo blanco que probablemente se tejiera ella, sentí algo entonces que hasta ese momento había pasado inadvertido por mis sentidos… Aquél lugar desprendía algo… mágico… y yo encajaba…

-          No cabe duda chico… lo estás notando… él te ha mandado… Te revelaré el secreto, ¿Sabes? Puede que el equilibrio del mundo y de la Humanidad esté en tus manos… este es el gran secreto que las grandes compañías agrícolas han querido matar… ¿crees que estás preparado?

-          De verdad… estoy asustado porque hay aquí algo… perturbador…

Continuará...

SEYIS