Soy periodista.
Trabajo en las oficinas del periódico Daily Beglu.
Tengo una pequeña oficina donde redacto mi pequeña columna en el Beblu.
En el edificio hay 20 oficinas, donde estamos los periodistas. Cada uno tiene su columna, página o incluso páginas. Yo sólo tengo una pequeña columna.
El Beblu es un gran edificio, las oficinas están en el segundo piso. En la planta baja es donde se realizan las tiradas diarias del periódico y en el primero pues … no sé exactamente lo que hay ni me importa.
El caso es que el otro día, estando en mi oficina, una de las más pequeñas, no conseguía redactar bien mi escrito diario, mi columna, no estaba concentrado y no hilvanaba bien las ideas. Me mosqueé y lancé el bolígrafo a la mesa con desdén, rebotó en dicha y se me clavó en el ojo. No me lo atravesó, pero me lo lisié.
Me llevaron al hospital y tras muchos trasteos me dijeron que lo perdía. Me quedaba sin ojo. Tuerto.
Me comentaron en el hospital que estaban experimentando con una sustancia metálica, una aleación donde se introducía el ojo, quedaba bañado completamente en esta y cuando se introducía en la cuenca ocular, la aleación hacía sinapsis con las terminaciones de las células nerviosas y nervios y … ¡veías de nuevo con ese ojo!.
Se realizó el experimento y ….¡falló!.
Falló durante todo el tiempo que experimentaron conmigo y con mi ojo. Al final desistieron.
El ojo quedó como acristalado, protegido por la aleación y me dijeron que era como llevar un ojo de cristal.
Así lo hice, llevaba mi ojo de “cristal” con entusiasmo y resignación al mismo tiempo.
Pero al cabo de unos meses ¡sí funcionó el experimento!!. Veía con ese ojo y es más, si me lo quitaba y lo dejaba en cualquier sitio, enviaba imágenes a mi cerebro. ¡Veía a distancia!.
¡Increíble!.
Había pasado de ser un tuerto lisiado a un privilegiado ocular.
Puse en práctica el poder de mi ojo.
Al lado de mi oficina está la de Roxán, una muchacha destacada en el periódico.
Una mañana llegué temprano a las oficinas, el primero y coloqué mi ojo en una estantería de su oficina para espiar su forma de trabajar.
Durante todo el día pude observar a distancia, en mi mente, claro, como se organizaba y trabajaba la tía ¡una máquina!,¡qué interés!, ahora comprendo porqué está en una oficina grande y tiene una página entera del periódico.
Con mi ojo bueno veo todo y con mi ojo espía veo en mi mente a distancia. Al principio me costó adaptarme a la doble visión en mi cerebro, pero ahora lo domino bien.
Lo más sorprendente e insospechado llegó al final de día.
Yo ya estaba en mi casa, concentrado“viendo” a Roxán trabajando ¡qué ganas!, pero … sabiéndose sola en la planta, era muy tarde ya, se retrepó en la silla , se relajó y … ¡empezó a tocarse los senos!, a acariciárselos, descendió y se bajó los pantalones, pude ver con mi ojo espía su braguita, tanga, era un tanga rojo de encaje, precioso, al igual que ella me pareció ahora en mi mente. Se bajó el tanga y empezó a acariciarse el vello púbico, ¡no!, no llevaba ni un pelo en esa zona, estaba completamente rasurada, se acarició el clítoris y comenzó a masturbarse. De vez en cuando se introducía los dedos en la boca y se los humedecía, luego seguía con su autoplacer.
No podré olvidar jamás cuando llegó al orgasmo, se hizo hacia atrás en su asiento y su cara quedó mirando mi ojo. Pude ver en primera línea la expresión de infinito placer sin parangón en su cara. Ahora cada vez que la miro, veo su expresión de éxtasis en mi mente.
* * *
A la mañana siguiente fui otra vez el primero a las oficinas y rescaté mi ojo.
Como comprenderás, tengo uno de repuesto para, cuando actúa mi ojo espía, me pongo el otro.
Esta vez mi ojo espiaría al jefe.
Me las arreglé para entablar conversación con la limpiadora cuando estaba limpiando la oficina del jefe y disimuladamente coloqué mi ojo espía encima de un libro de la biblioteca y … a esperar.
Durante el día lo típico. Aunque sólo puedo observar lo que pasa (no oigo nada, claro),deduzco muy acertadamente lo que sucede. Instrucciones por aquí, consejos por allá, algún que otro grito y aspavientos con las manos; lo dicho, lo típico de un jefe de periódico.
Llegó la noche, me fui a casa y ….Oscuridad.
Pero ya tarde, serían cerca de las once y media de la noche, vi luz en la oficina y aparece el jefe vestido ¡únicamente con un delantal de cocina!, única y exclusivamente así. Ni que decir que me quedé de muestra pero …. También apareció el “satélite”, el pelota de Java, ¡también luciendo idéntica guisa!. Yo no sabía si reírme o qué pero … empezaron a tocarse, a acariciarse, a besarse y … imaginaros lo que sucedió después. Quise “desconectar” para no ver, pero si no me duermo, no puedo, o sea que vi toda la “película” en primera fila.
* * *
Nadie sabe que puedo ver con mi ojo espía a distancia, ni mi mujer, por lo que hoy, ella será la “víctima”.
Me fui a trabajar y dejé mi ojo espía en la esquina de una estantería del mueble donde está la televisión.
A ver que hace mi mujer cuando no estoy en casa.
Ella no trabaja, no tenemos críos, sólo se dedica a la casa.
La vi desayunar viendo la tele, planchar viendo la tele, la vi viendo la tele (siempre la eterna tele).
Alguien llamó. La vecina, por cierto, no está nada mal. Las dos tomaron una infusión, hablando jocosamente, viendo la tele, pero …. ¿qué es esto?, se empiezan a desnudar, a acariciarse, a besarse, a comerse una a la otra. ¡Me cago en la leche!, nunca había visto a mi mujer tan fogosa y la vecina desnuda está mejor que vestida. La tía también le pone empeño.
No voy a negar que pasé de la incredulidad a la ira y de esta a la excitación, sí, me había excitado y mucho.
Nunca le he dicho a mi mujer que conozco su infidelidad, me pone el saber que cuando estoy con ella, ha estado en brazos de una mujer.
Tres intentos de ver algo interesante con mi ojo espía y tres veces que me topé con sexo.
Parece ser que la vida es más sexual de lo que yo creía.
Sigo utilizando el poder de mi ojo espía, por lo que no te fíes, amigo lector, quizás cuando te estés duchando, yo te esté observando.
Puede que cuando estés practicando sexo, mi ojo te esté espiando.
Si eres infiel, puede que lo vea y se lo diga a tu mujer.
Si alguna vez ves un ojo encima de una estantería, ojo con el ojo, puede ser el ojo espía.
FIN
MANOLI FUEGO
PD: no me digáis que no es para partirse el “ojete”.
he tenido un rato de risas y de emocion, grande, muchas gracias.
ResponderEliminarJajajajajajaja Super !!!
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